El antiguo barrio de los pescadores, al pie del Baluard de Santa Llúcia
Sin lugar a dudas, uno de los barrios más pintorescos de la ciudad. Se ubica bajo el Baluard de Santa Llúcia y se encarama sobre los acantilados externos al puerto. Sus empinadas cuestas llegan hasta los treinta metros sobre el nivel del mar y descienden hacia la Marina y los muelles. De este barrio ya se tienen noticias a principio del siglo XVII y estaba ocupado por familias de pescadores.
Sus callejuelas intrincadas y pequeñas plazoletas recuerdan mucho a Dalt Vila. Actualmente es un barrio en remodelación y el Ajuntament d’Eivissa trabaja intensamente para recuperar su parte alta. Todas sus calles son peatonales y la principal, el Carrer de la Mare de Déu (conocida popularmente como Calle de la Virgen) es uno de los rincones con más ambiente de la ciudad. Discurre en paralelo a la Marina y ejerce de frontera entre los dos barrios.
Esta calle es famosa por albergar la principal zona gay de la isla, aunque por su carácter pintoresco congrega a todo tipo de turistas y residentes, que se refugian en sus pequeñas y coquetas terrazas. También hay tiendas de moda, estudios de tatuadores… Merece la pena visitar la Casa Broner y el Centre Artesanal de sa Pedrera, en la parte alta. La calle termina en un rincón especial: la Plaça de sa Torre, que se abre al muro del puerto y ofrece magníficas vistas hacia el mar.